Rememoramos al poeta y su obra a cien años de su primera publicación en 1920

GUSTAVO ALVIAL, seudónimo de Luis Antonio Rojas Olivares (La Serena, 1895 - Santiago, 1977).
De profesión Contador Auditor, se desempeñó como tal en el norte del país. Cultivó el espíritu con valiosas lecturas de escritores clásicos y contemporáneos, llegando a conformar una nutrida biblioteca personal.
Años después, se trasladó con su esposa, Thala Cortés Álvarez a Santiago, fijando su domicilio en la comuna de Quinta Normal.
Gustavo Alvial escribió textos poéticos que dio a conocer en obras publicadas mayormente en su ciudad de origen:
1920: Las voces en la sombra (Antofagasta, Imprenta Chile)
1925: Sinfonía de los jardines (Antofagasta, Imprenta Barcelona)
1926: Olalaí y sus películas (Antofagasta, Imprenta Barcelona)
1931: Puerto del norte (inédito)
Numerosos críticos literarios de la época se refirieron favorablemente a sus escritos, en algunos de dichos comentarios están a nuestro alcance y los damos a conocer en este blog. LES INVITAMOS A CONOCER Y PROFUNDIZAR EN LA VIDA Y CREACIÓN LITERARIA DE GUSTAVO ALVIAL, UN POETA DEL SIGLO XX.
Estimados lectores, pueden escribir comentarios al final de cada publicación. Además, escribir a los correos poetagustavoalvial@gmail.com
o también
luis.gavilanrojas@gmail.com
Teléfono whatsApp +569 64987060
Muchas gracias. Familiares de Luis Rojas Olivares.

viernes, 24 de enero de 2025

Recordamos al autor de Sinfonía de los jardines a 48 años de su partida (24 de enero de 1977)


Un día como hoy, 24 de enero de 1977, fallece en Santiago mi abuelo Luis Rojas Olivares, quien en su juventud escribió poesía publicando varios libros, bien recibidos por la crítica del norte y Santiago, escribiendo bajo el seudónimo de GUSTAVO ALVIAL. 


Nació en el Norte (La Serena) el 20 de noviembre de 1895. De profesión Contador Auditor, se desempeñó como tal en el ámbito de la producción salitrera, en lugares como Humberstone. 

En Santiago residió en Quinta Normal, siendo su esposa Thala Cortés Álvarez (Nacida en Antofagasta, 27 de enero de 1913) Sus hijas fueron Thala (mi amada madre), Mireya, Marta y Georgina. 


Algunos de sus libros fueron:

1920: Las voces en la sombra (Antofagasta, Imprenta Chile)

1925: Sinfonía de los jardines (Antofagasta, Imprenta Barcelona)

1926: Olalaí y sus películas (Antofagasta, Imprenta Barcelona)

1931: Puerto del norte (inédito)





En el Liminar de su obra Olalaí y sus películas, dice de sí mismo en voz de un narrador ficticio, Santiago de la Rosa: "Gran lector de todas las novedades literarias del mundo, su biblioteca está siempre al día, allí la araña del abandono no alcanza a tejer su tela, ni la abulia del tiempo deja su residuo de polvo gris, ni la indiferencia su polilla.

La incesante curiosidad intelectual de este poeta es como un ventilador y un plumero, en constante actividad, dentro de ese pequeño reducto íntimo donde él va atesorando los frutos del cerebro universal.

Y en él tiene su fuente de cultura donde abreva perseverantemente. Esto explica su charla, en que fluye un conocimiento seguro de escuelas literarias."

Comparto aquí algunas imágenes de distintas épocas de la vida de mi abuelo Luis Rojas Olivares, el poeta GUSTAVO ALVIAL que un día como hoy, 24 de enero, partió al más allá, tal vez balbuceando alguno de sus poemas como "PRESENCIA DEL OTOÑO" que en sus versos, dice:

"Ya estamos en el tiempo del desengaño

del más maduro otoño, cuando nos miramos en los espejos

y no queremos reconocernos

cuando en la frente, en los cabellos,

está el llamado de la tierra,

cuando ya somos surco y grano

para las hambres de la Muerte.

Ay, tiempo de angustia,

formado noche a noche,

por pequeñas muertes

y pequeñas tumbas.

El tiempo no regresa,

se come el tiempo al tiempo

y sólo van quedando semillas de recuerdo,

que el tiempo también mata.

Entonces, la sangre se rebela,

miramos las lagunas del tiempo transitado

y nos pesa y nos duele

la fruta no mordida,

el vino no gustado,

la flor no deshojada.

Y volvemos a ser joven,

joven de otoño,

y amamos más que nunca

los bellos ojos y las bellas formas.

Engaño nuestro de los cuerpos jóvenes,

de los rostros jóvenes,

engaño de la vida que nos deja;

obramos como mozo y deseamos

como un débil gusano que se aferra

fuertemente a la vida,

sin reparar que ya cargamos,

irremediablemente,

nuestro propio cadáver a la espalda."

(En el texto "Maduro otoño", pequeño breviario sentimental de Gustavo Alvial)





Correo electrónico de contacto poetagustavoalvial@gmail.com y luis.gavilanrojas@gmail.com

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