Fragmento de "Las Voces en la Sombra"
(Gustavo Alvial - 1920)
De pie ante el mar y
el sol en agonía
y mis sienes besadas
por el viento,
completamente en
calma el alma mía
y en santa comunión
mi pensamiento.
… Abro mi corazón de
par en par
y leo en él sin
inquietud ninguna:
¡Cuánto optimismo!
¡Cuánto confiar
en la gloria, el amor
y la fortuna!
Princesa del Alcázar
de mi ensueño,
así, orgullosa,
encantadora y bella,
te veo bajar, en mis
febriles sueños,
de la región arcana
de una estrella.
y venir hacia mí,
plácidamente,
y coronar mi altiva
frente inquieta
con mirthos y decidme:
“Ya arde en tu mente
el sacro fuego que
inspira al poeta.”
“y ahora canta, canta
a la vida, al amor
y a todo aquello en
que la pía belleza
esté representada,
canta al dolor
porque es dulce en el
fondo la tristeza.”
¡Quizás no serás mía!
Y yo te veo, ¡oh! Bella
bajar radiante, en mi
loco desvarío,
de la región arcana
de una estrella
al melancólico
aposento mío.
En ti tan solo son
mis pensamientos,
y los más grandes
sacrificios haría
por poseerte… y el
dolor que siento,
al pensar que ¡Quizás
no serás mía!
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